Además de ser un patrimonio onomástico, los pseudónimos vascos de los valles de Izarbe y Mañeru son una fuente de creación única para disfrutar en euskera. Y es que la escasez o carencia de registros informales en euskera no es un mal leve para la actual comunidad del euskera.
Este trabajo ofrece recursos léxicos y lingüísticos para trabajar con comodidad y expresividad en euskera coloquial, todos ellos heredados del instinto vasco. Sin duda, el camino de la creación será mucho más dulce con el humor como compañero de viaje.
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En este libro te encontrarás con una serie de ingenios léxicos (locuciones, expresiones o expresiones y verbos perifrasis) que tienen más componente que el simple lexema. Como introducción principal o sub-entrada en los diccionarios, normalmente, no aparecen y, todos ellos, más de novecientas (si no nos hemos equivocado novecientos dieciséis), son los que han sido utilizados hace tiempo por los hablantes de las lenguas vascas de Navarra y por algunos de ellos todavía hoy.
Los hablantes crearon alguna vez en un entorno semántico concreto estas palabras que son más que una sola y luego consolidaron su uso en el día a día. La sal y el pimiento de las entrevistas diarias han sido y siguen siendo hoy, entre quienes tienen el euskera como lengua de comunicación en Sakana, Salazar, Luzaide, Arce, Valle de Erro, Esteribar, Ultzama, Basaburua, Imoz, Leitzaldea, Larraun, Bortziriak, Sunbilla, Malerreka, Bertizarana, Aezkoa, Baztan, Baztan, Basaburua, Urarribondarren, en, Bortziriak, Sunbileta, Malarribarren.